jueves, 10 de julio de 2008

PREPARADOS PARA LA TERCERA EDAD

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PREPARADOS PARA LA TERCERA EDAD

Es un agrado compartir con usted un tema que tarde o temprano todos tendremos que vivir. Lo podríamos titular: ¿Estoy preparado para vivir lo que hoy se llama la tercera edad?

Es una realidad indesmentible que cada día hay más personas longevas y que aquellos que aún no llegan a esta etapa de sus vidas tienen posibilidades de alargar aún más su estadía en esta tierra. Así lo presagian los adelantos de la medicina y la investigación científica que permite ver cumplidos muchos de aquellos adelantos que parecieron utopías o ciencia ficción hace unos pocos años atrás.

Los estudios sociológicos indican que en el año 2030 habrá en el mundo más de 6.000 millones de habitantes, de los cuales 600 millones serán ancianos. La proyección mencionada hace que haya una profusa publicación de obras dedicadas a la forma de vivir mejor en los años “dorados.”

Científicos, médicos, biólogos, sociólogos, asistentes sociales, enfermeras, religiosos y muchos más profesionales de diferentes áreas se preparan para atender lo que será la mayor demanda de servicio de la gente mayor de los años venideros.

Chile no está fuera de este contexto y tiene en sus autoridades una reconocida preocupación por el tema. Toda la sociedad chilena tiene que reconocer que hay y habrá en el país una cantidad muy grande ancianos a los que habrá que atender de mejor manera que como lo estamos haciendo hoy.

¿Por qué envejecemos? Según Metchnicoff: “El envejecimiento es la consecuencia de la intoxicación crónica del organismo, debido a microbios que se producen por la putrefacción progresiva del organismo.” Este médico ruso recibió el premio Nobel de Medicina en 1908 e inventó la palabra Gerontología, del griego Gerón, que significa viejo, y de Logos, que es estudio o descripción de algo. Así es como Gerontología es la ciencia que se preocupa de los problemas de la vejez.

La Biblia nos muestra abundantes referencias sobre la edad provecta o tercera edad y llama a todos a pensar en ella.

Eclesiastés 12:1-8 El deterioro físico está señalado aquí: Antes que se oscurezcan el sol, la luna y las estrellas y vuelvan las nubes tras el aguacero (disminución propiedades intelectuales); los guardas de la casa temblarán (brazos y manos); se encorvarán los fuertes (piernas); cesarán las muelas (pérdida de dentadura); se oscurecerán los que miran por las ventanas (ojos); se cerrarán las puertas de afuera (oídos); temerán de lo que es alto y habrá terrores en el camino (disnea de esfuerzo, trastorno en la marcha); florecerá el almendro (canas); se pondrá pesada la langosta (impotencia sexual); y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio (muerte física).

El texto leído parte con una advertencia dirigida a la juventud. Se le exhorta a tomar en cuenta a Dios, que nos ha creado y ha puesto ante nosotros los lineamientos necesarios para alcanzar plenitud espiritual y física en esta tierra. “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos y lleguen los años en los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento.”

¿Está usted preparado para vivir la última edad? ¿Ha valorado lo que significa la vida y ha podido vivir cada etapa de su existencia en forma plena? Porque cada edad tiene su encanto y es sabiduría de Dios saberla disfrutar. Hay una vanidosa pretensión de prolongar la juventud más allá de lo razonable, seguramente porque no se quiere reconocer que el tiempo se va terminando aceleradamente y que se acerca el momento de partir.

Alcanzar una edad avanzado no debe ser una motivación depresiva. Es verdad que ya no se tiene la fuerza de los años mozos, pero hay suficiente razón para vivir de buena manera, para actuar con sabiduría y ayudar con un consejo sabio a los más jóvenes. El dicho popular dice que la experiencia es la madre de la ciencia. Y es así. La Biblia enseña reiteradamente que los ancianos deben ser respetados y honrados por los más jóvenes. Que se debe tener paciencia con la gente mayor porque algunos decaen de sus facultades físicas y a veces de sus capacidades de raciocinio. El joven debe entender que algún día también será viejo y necesitará la comprensión y ayuda de las nuevas generaciones.

“Delante de las canas te levantarás y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor.” (Levítico 19:32)

“En los ancianos está la ciencia y en la larga edad la inteligencia.” (Job 12:12)

“Corona de honra es la vejez que se halla en el camino de justicia.” (Prov. 16:31)

Estos son una pequeña parte de lo mucho que la Biblia señala respecto a la honra que se debe dar a la gente mayor.

Los gobiernos mundiales están regidos en inmensa mayoría por gente de edad avanzada precisamente porque las naciones reconocen en ellos la experiencia y la capacidad para actuar sensatamente. Un hombre viejo que mantiene sus facultades intelectuales siempre será un aporte valioso para el hogar y la comunidad. En el caso de la vida espiritual, siempre al hombre mayor se le reconoce una autoridad especial para guiar a los creyentes.

Finalizo con una sentida aspiración que les ruego tomar en cuenta. Seguramente en su casa hay un abuelo u otro familiar anciano. Le invito a comprender la necesidad que tiene la gente mayor de contar con una palabra amable, con un gesto cariñoso, con una sonrisa.

Conviene aprender de la palabra de Dios que todos tenemos en nuestro futuro la posibilidad de llegar a la tercera edad. Eso ayudará a mejorar nuestra relación con los ancianos, sean de la familia o no.

Y sobre todo: Buscar en la palabra de Dios cómo aprender a vivir una vida buena y agradable bajo la dirección del Señor. Cristo dijo que vino a esta tierra para darnos una vida abundante. Si usted quiere disfrutar de la vida abundante que ofrece Jesús, le invito a entregarle su vida. Es una decisión de máxima importancia y muy sencilla: Arrepentirse de sus pecados y pedirle al Señor que entre a su corazón.

¡